La tierra de los bellos atardeceres
Salinas es un pueblo único que transporta al que llega a un tiempo mucho más apacible, ecológico, donde abunda la langosta y los paisajes que enamoran.
A Salinas se le conoce como la cuna del mojo isleño, pero es mucho más que eso. En esta región se combinan historia y naturaleza creando un ambiente alegre, tranquilo y con mucha personalidad. Partí de San Juan a las 7:00 de la mañana para llegar a la Oficina de Turismo del municipio a las 8:30. Allí me esperaba Carlos Ortiz, a cargo de llevar a los turistas por el pueblo, la costa y el poblado de Aguirre.
De inmediato noto que en Salinas hay vida, la Plaza del Mercado reboza de actividad y el centro del pueblo se distingue por su ambiente relajado pero en movimiento, es obvio que aquí se trabaja
plácidamente.
Una vez en el jeep comenzamos la visita por la Bahía de Jobos en el Barrio de las Mareas. Se llama Mar Negro debido al tanino, un limo oscuro y fino que desprende el mangle. Es mangle rojo muy querido por los seres unicelulares llamados dinoflagelos que provocan la luminiscencia.
En Puerto Rico hay dos bahías y una laguna bioluminescente, pero si preguntas y exploras, encontrarás que el fenómeno está presente en lugares recónditos como éste.
Continuamos conduciendo alrededor del Estuario de la Bahía de Jobos, formado por islotes y cayos de mangle que lo protegen de las olas del Mar
Caribe.
En estas lagunas los moluscos, peces, crustáceos y otros microorganismos dan vida a al lugar favoreciendo la visita de manatíes y tortugas que se alimentan de las praderas marinas.
Después de pasar por el barrio Las Mareas, pintoresco por demás, Carlos me señala las montañas a lo lejos. Dice que pertenecen a n la Reserva de los Montes Oscuros, esto porque suelen estar secos.
Luego dirige el índice a las famosas “Tetas de Cayey”, y me explica que están en Salinas y se llaman las Piedras de Collado. Continuamos la visita por las plantaciones de plátanos y guanábanas.
Me asomé al Bosque de Jagüeyes, pero debido a la lluvia los mosquitos estaban muy intranquilos y tuvimos que partir.
Las carreteras están vacías, la brisa refresca y el olor a campo y a mar se entremezclan creando una sensación
diferente. ¡Qué paz transmite este pueblo! Un silencio donde puedes apreciar los sonidos de la naturaleza, aquí no hay lugar para el estrés, la polución o el tedioso tráfico.
Carlos me explica que Salinas vive de la agricultura y pesca, y durante el recorrido observo numerosos árboles de mangó. La naturaleza es exuberante y el paisaje único.
Continuamos al poblado sur de Aguirre por un tramo de palmeras centenarias donde están construyendo un paseo para bicicletas.
Después visitamos el barrio del mismo nombre y su Centro de Visitantes donde me informé de las numerosas especies de aves que habitan en el estuario.
Es un museo que conserva su antigua estructura donde se puede respirar la historia. Tel.: (787) 853-4617. Todas las casas son de madera, al estilo sureño.
Pues en 1898 -cuando Puerto Rico dejó de ser colonia española- vinieron los norteamericanos para construir esta famosa plantación de azúcar en funciones hasta los 70.
Me entero de que había dos barrios en este pueblo, el de los americanos y el de los puertorriqueños. Ambos trabajaban en la plantación, en el barrio Montessori. Las cotorras no cesan de parlotear y veo sus grandes nidos en los árboles de las calles. Aguirre es otro ambiente, pasamos por el primer campo de golf de Puerto Rico. Se ve precioso.
Seguimos el recorrido hasta la Bahía de Salinas en el muelle, al lado del restaurante La Barca, donde me esperaba Luis Barreto de Eco Journeys. Tel.: (787) 448-2262. Barreto es capitán, y está certificado con la Compañía de Turismo y Ecoturismo.
Me puse protector solar, gorra y salimos hacia el sector La Playita, los mangles nos rodean por todos lados y el mar está
sereno. Después de pasar por un agosto túnel de mangle, pasamos por Punta Arenas donde paramos para ver algunas estrellas de mar.
|
Luis me inunda de información sobre los 11 cayos. En el trayecto, me contó cómo atraparon los españoles al Pirata Cofresí
-entre dos arrecifes llamados la Boca del Infierno-, y continuamos bordeando el mangle hasta Politas.
En mi kayak hay una neverita con agua y frutas que vienen muy bien cuando paramos en un cayo a comer e hidratarnos.
Los tours los puedes personalizar según tus gustos. Si prefieres remar, o ir snorkeling e incluso paddleboarding. El precio es $49, con refrigerios. En Eco Journeys tienes visitas personalizadas. Hay un máximo de personas por visita para que no pierdas la exclusividad y la privacidad.
Si quieres almorzar copiosamente una mariscada y frituras de pescado, tiernas empanadillas de mariscos y salmorejo de jueyes -tal como hicimos- , la tarifa es otra. Al final del tour regresamos al Restaurante la Barca (Tel.: (787) 824-2594) donde probé un poco de todo. Entretanto Carlos vino a buscarme y de ahí fui a visitar al Manatee Resort donde cenaríamos más tarde contemplando las tranquilas aguas del Caribe.
Cayo Matias Salinas P R
elgangsteroriginal
Historia
Cuando arribaron a la isla los conquistadores españoles en 1493 la región
donde se encuentra el Municipio de Salinas estaba habitada por los índios
Taínos.
El territorio fue denominado por los europeos con el nombre de
abeyno, porque era regido por un cacique indígena al que llamaban Abey.
El
río y los grandes depósitos de sal en la costa también fueron identificados
con el nombre del cacique: río de Abey y las salinas de Abey.
La guerra
taíno-española del 1511 provocó el destierro de Abey a Santo Domingo junto
a otros 15 caciques, y como resultado del enfrentamiento se produjo la
aniquilación de la sociedad taína.
Los nuevos pobladores comenzaron a
habitar el suelo salinense y ya para el Siglo XVII ocupaban el área
dedicándose a la agricultura, pesca y saca de sal. Levantaron una comunidad
de familias que para el 1776 la señalaban como el barrio de las salinas de
Coamo.
El crecimiento social y económico de las salinas motivó interés en
separarse de Coamo para lograr mejores controles de los propios asuntos del
barrio.
En marzo de 1840 el salinense don Agustín Colón Pacheco había sido
nombrado Capitán General (gobernador), con la misión de organizar el
Gobierno Municipal del nuevo pueblo de Salinas.
Salinas pertenecía a la parroquia de Coamo y por Real Orden de 1847 se
incorpora al territorio de Guayama.
En el 1851 se declaró parroquia independiente y contaba con los siguientes
barrios: Pueblo, Quebrada Honda, Quebrada Yeguas, Aguirre, Collado, Río
Jueyes y Palmas.
FUNDACION
Salinas se fundó el 22 de julio de 1841.
ORIGEN
Su nombre se deriva por su grandes y abundantes montículos de sal en sus costas.
PATRON DE PUEBLO
Virgen de la Monserrate
COGNOMENTO
Pueblo del Mojo Isleño.
GENTILICIO
salinenses
Para el escudo se han escogido los esmaltes verdes y plata por el verde y
el blanco los colores tradicionales del pueblo.
Los montículos de sal en
forma gráfica representan del nombre el pueblo: Salinas.
Los peces aluden a
la pesca y las ramas que rodean el escudo simbolizan las plantaciones de
caña de azúcar, es decir, las ocupaciones e industrias que, junto a la saca
de sal, han sido factores principales en el origen y desarrollo de la
población.
Para el escudo se han escogido los esmaltes verdes y plata por el verde y
el blanco los colores tradicionales del pueblo.
Los montículos de sal en
forma gráfica representan del nombre el pueblo: Salinas.
Los peces aluden a
la pesca y las ramas que rodean el escudo simbolizan las plantaciones de
caña de azúcar, es decir, las ocupaciones e industrias que, junto a la saca
de sal, han sido factores principales en el origen y desarrollo de la
población.
En el 1945 la junta de planificación de Puerto Rico, organizó el actual mapa oficial de Salinas donde se amplió la zona urbana y se incluyeron parte de
los barrios rurales Aguirre, Lapa y Río Jueyes.
El barrio rural Aguirre se
subdividió en: Central Aguirre, Coquí, San Felipe y Aguirre.
La fecha conmemorativa de la fundación de Salinas se toma a partir de la
constitución de la primera Junta de Vecinos (hoy asamblea municipal),cuando queda establecida la administración del nuevo pueblo, hecho que
ocurre el 22 de julio de 1841.
Por enfrentar dificultades económicas en su desarrollo, en 1847 Salinas fue anexado a
Guayama hasta 1851 cuando se
restituye el municipio. El 30 de septiembre de 1898, a raíz de la guerra
hispanoamericana, el Ejército de los Estados Unidos toma posesión de
nuestro municipio.
En 1902 el nuevo régimen lo disuelve y lo agrega
nuevamente a Guayama, hasta el 1905 que no se devuelve hasta el presente la
municipalidad.
Cuando arribaron a la isla los conquistadores españoles en 1493 la región donde se encuentra el Municipio de Salinas estaba habitada por los índios Taínos.
El territorio fue denominado por los europeos con el nombre de abeyno, porque era regido por un cacique indígena al que llamaban Abey.
El río y los grandes depósitos de sal en la costa también fueron identificados con el nombre del cacique: río de Abey y las salinas de Abey.
La guerra taíno-española del 1511 provocó el destierro de Abey a Santo Domingo junto a otros 15 caciques, y como resultado del enfrentamiento se produjo la aniquilación de la sociedad taína.
Los nuevos pobladores comenzaron a habitar el suelo salinense y ya para el Siglo XVII ocupaban el área dedicándose a la agricultura, pesca y saca de sal.
Levantaron una comunidad de
familias que para el 1776 la señalaban como el barrio de las salinas de Coamo.
El crecimiento social y económico de las salinas motivó interés en separarse de Coamo para lograr mejores controles de los propios asuntos del barrio.
En marzo de 1840 el salinense don Agustín Colón Pacheco había sido nombrado Capitán General (gobernador), con la misión de organizar el Gobierno Municipal del nuevo pueblo de Salinas.
Salinas pertenecía a la parroquia de Coamo y por Real Orden de 1847 se incorpora al territorio de Guayama.
En el 1851 se declaró parroquia independiente y contaba con los siguientes barrios: Pueblo, Quebrada Honda, Quebrada Yeguas, Aguirre, Collado, Río Jueyes y Palmas.
En el 1945 la junta de planificación de Puerto Rico, organizó el actual mapa oficial de Salinas donde se amplió la zona urbana y se incluyeron parte de los barrios rurales Aguirre, Lapa y Río Jueyes.
El barrio rural Aguirre se subdividió en: Central Aguirre, Coquí, San Felipe y Aguirre.
La fecha conmemorativa de la fundación de Salinas se toma a partir de la constitución de la primera Junta de Vecinos (hoy asamblea municipal), cuando queda establecida la
administración del nuevo pueblo, hecho que ocurre el 22 de julio de 1841. Por enfrentar dificultades económicas en su desarrollo, en
1847 Salinas fue anexado a Guayama hasta 1851 cuando se restituye el municipio. El 30 de septiembre de 1898, a raíz de la guerra hispanoamericana, el Ejército de los Estados Unidos toma posesión de nuestro municipio.
En 1902 el nuevo régimen lo disuelve y lo agrega nuevamente a Guayama, hasta el 1905 que no se devuelve hasta el presente la municipalidad.
Por décadas a Salinas se le ha conocido por el cognomento de el “Pueblo del Mojo Isleño”.
El “mojo isleño” es una sabrosa salsa que se utiliza para mojar el pescado frito que se consume aquí. La rojiza mezcla tiene como ingredientes principales, salsa de tomate, aceite, ajo, hoja de laurel y abundante cebolla. Las historias que se han narrado aseguran que fue en Salinas donde se creó este delicioso plato.
| Unos han contado que fue un nativo de las islas Canarias, apodado “el isleño” quien arribó a la Playa salinense y enseñó a los playeros a preparar el mojo. Pero la versión más aceptada es que fue doña Euladia Correa, nacida en la Playa en 1898, quien con su particular fórmula atrajo los más exigentes paladares a su bohío, y posteriormente a su conocido restaurante, dando a conocer en todo Puerto Rico ese exquisito manjar.
Su arte culinario provocó que a Salinas se le bautizara como el “Pueblo del Mojo Isleño”. El Departamento de Agricultura y Comercio le otorgó a doña Ladí una medalla por su contribución al fomento de la economía del país. El periodista Rafael Pont Flores la llamó la Reina de los Tostones, con lo que tradicionalmente se acompaña el pescao al mojo.
Se decía en toda la Isla que en Salinas se comía el mejor pescao de Puerto Rico. Luego proliferaron en la Playa varios y muy buenos restaurantes especializados en mariscos y en la preparación del famoso “mojo isleño”.
Más tarde esta actividad económica se extendió por todo el país. Pero aún son muchos los turistas y puertorriqueños que visitan Salinas en busca de saborear su reputado...”mojo isleño”.
HIMNO
por: Antonio Ferrer Atilano
Salinas, Salinas
el pueblo donde yo nací
sus campos, sus montes
son para mí.
Salinas, Salinas
yo no te puedo olvidar
tus bellos palmares
te saludan con una canción.
Municipio
de Salinas, Puerto Rico, desarrollado por un
cithe Central Aguirre estadounidense es una
antigua ciudad de empresa en la comunidad sureño
después de la Guerra Hispano Americana de
1898. Entre 1899 y 1964, la ciudad de la
empresa creció alrededor de una fábrica de
azúcar y hacienda preexistente del siglo XIX
para convertirse en el segundo complejo de
molinos de azúcar más grande de la isla. La
extensa instalación incluyó edificios
administrativos, de fábrica y de almacén, así
como un muelle y un patio ferroviario
utilizados para transportar el azúcar
procesado
la
municipalidad de Salinas, Puerto Rico,
desarrollado por Aguirre Central cThe
americano es una antigua ciudad de la compañía
en el southernompany después de guerra
americana hispana de 1898. Entre 1899 y 1964,
la ciudad de la compañía creció alrededor
de un molino de azúcar del siglo XIX
preexistente y hacienda para hacerse el
segundo complejo del molino de azúcar más
grande en la isla. La instalación extensa
figuró administrativo, fábrica y edificios
de depósito, así como un embarcadero y el
patio ferroviario solían transportar el azúcar
tratado