El estudio puede dar un panorama general de cuán eficiente es el mar a la hora de capturar y secuestrar carbono. (Archivo)BBC Mundo
Un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores daneses puso en evidencia que las regiones más profundas del océano podrían tener un papel mucho más importante en la regulación del clima de lo que se pensaba.
Los primeros resultados de la investigación realizada en la fosa de las Marianas -la región más profunda de la corteza terrestre ubicada en el fondo del Pacífico noroccidental- demostraron que las depresiones oceánicas son sumideros de carbono.
“Nuestro estudio muestra claramente que las fosas atrapan sedimentos y que, también, registran una gran actividad. Es decir, que las bacterias procesan más bacterias en las fosas que a 6,000 metros de profundidad en las llanuras abisales”, le explicó a la BBC Ronnie Glud, líder del proyecto de la Universidad del Sur de Dinamarca y de la Asociación Escocesa de Ciencias Marinas.
“Esto significa que se está produciendo un almacenamiento de carbono en estas fosas que es mucho más activo de lo que pensábamos y esto quiere decir que existe un sumidero de dióxido de carbono en el océano profundo del que no se tenía ninguna información”, añadió Glud.
Robots
Para realizar el estudio los investigadores utilizaron varios robots especialmente diseñados para soportar las grandes presiones que se registran en este cañón de cerca de once kilómetros de profundidad.
El equipo liderado por Glud, en el que trabajaron también científicos japoneses, británicos y alemanes, utilizó una sonda equipada con sensores especiales para evaluar la abundancia de carbono en las profundidades de la fosa.
Según le explicó el experto a la BBC, ésta es la primera vez que fue posible enviar instrumentos verdaderamente sofisticados a estas profundidades para medir el carbono enterrado.
“Básicamente, nos interesa entender cuánto material orgánico -todo el material producido por las algas o los peces que están en el agua por encima de la fosa- se deposita en el lecho marino y es digerido por las bacterias, degradado o enterrado”.
“Esto nos puede dar un panorama general de cuán eficiente es el mar a la hora de capturar y secuestrar carbono, en el ciclo global del carbono”, añade.
Si bien estudios similares se han llevado a cabo en otras regiones del océano, como en las planicies abisales -las enormes zonas llanas que se encuentran a una profundidad de entre 4.6 km y 5.5 km- muy poco se sabe sobre el papel de las fosas marinas profundas en el ciclo de carbono.
“Aunque estas depresiones cubren sólo el 2% del océano, nosotros pensamos que su importancia era desproporcionada (en relación a su tamaño), porque era posible que acumulasen mucho más carbono ya que podrían actuar como una suerte de trampa, recolectando más materia orgánica que otras zonas del océano”, explicó Glud.
Y, según el investigador, los resultados preliminares de este experimento confirmaron esta teoría.
Sorpresas
Ésta no es la primera vez que las fosas marinas profundas sorprenden a los científicos.
Estudios recientes del laboratorio oceánico de la Universidad de Aberdeen, en el Reino Unido, revelaron que la vida marina es mucho más abundante en estos hábitats hostiles de lo que se creía.
En 2008 filmaron al pez que vive en la zona más profunda, en la fosa de Japón, de 7.7 km de profundidad, y a otros animales que habitan zonas aún más profundas.
El próximo paso del equipo de Dinamarca será cuantificar los resultados y determinar exactamente cuánto carbono se acumula en las fosas marinas profundas, en comparación con otras regiones del entorno marino y cuánto carbono procesan las
bacterias.
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