27/01/2011
- 05:12 (GMT) Un estudio muestra que las
profundidades del océano juegan un papel mucho más
importante de lo pensado en la regulación del clima.
La
fosa de las Marianas tiene una profundidad de cerca
de 11 kilómetros. Foto: NOAA
Un
nuevo estudio llevado a cabo por investigadores
daneses puso en evidencia que las regiones más
profundas del océano podrían tener un papel mucho
más importante en la regulación del clima de lo
que se pensaba.
Los
primeros resultados de la investigación realizada
en la fosa de las Marianas -la región más profunda
de la corteza terrestre ubicada en el fondo del Pacífico
noroccidental- demostraron que las depresiones oceánicas
son sumideros de carbono.
"Nuestro
estudio muestra claramente que las fosas atrapan
sedimentos y que, también, registran una gran
actividad. Es decir, que las bacterias procesan más
bacterias en las fosas que a 6.000 metros de
profundidad en las llanuras abisales", le
explicó a la BBC Ronnie Glud, líder del proyecto
de la Universidad del Sur de Dinamarca y de la
Asociación Escocesa de Ciencias Marinas.
"Esto
significa que se está produciendo un almacenamiento
de carbono en estas fosas que es mucho más activo
de lo que pensábamos y esto quiere decir que existe
un sumidero de dióxido de carbono en el océano
profundo del que no se tenía ninguna información",
añadió Glud.
Robots
Para
realizar el estudio los investigadores utilizaron
varios robots especialmente diseñados para soportar
las grandes presiones que se registran en este cañón
de cerca de once kilómetros de profundidad.
Se
utilizaron robots especialmente diseñados para
soportar las grandes presiones de las profundidades.
El
equipo liderado por Glud, en el que trabajaron también
científicos japoneses, británicos y alemanes,
utilizó una sonda equipada con sensores especiales
para evaluar la abundancia de carbono en las
profundidades de la fosa.
Según
le explicó el experto a la BBC, ésta es la primera
vez que fue posible enviar instrumentos
verdaderamente sofisticados a estas profundidades
para medir el carbono enterrado.
"Básicamente,
nos interesa entender cuánto material orgánico -todo
el material producido por las algas o los peces que
están en el agua por encima de la fosa- se deposita
en el lecho marino y es digerido por las bacterias,
degradado o enterrado".
"Esto
nos puede dar un panorama general de cuán eficiente
es el mar a la hora de capturar y secuestrar carbono,
en el ciclo global del carbono".
Si bien
estudios similares se han llevado a cabo en otras
regiones del océano, como en las planicies abisales
-las enormes zonas llanas que se encuentran a una
profundidad de entre 4,6 km y 5,5 km - muy poco se
sabe sobre el papel de las fosas marinas profundas
en el ciclo de carbono.
"Aunque
estas depresiones cubren sólo el 2% del océano,
nosotros pensamos que su importancia era
desproporcionada (en relación a su tamaño), porque
era posible que acumulasen mucho más carbono ya que
podrían actuar como una suerte de trampa,
recolectando más materia orgánica que otras zonas
del océano", explicó Glud.
Y, según
el investigador, los resultados preliminares de este
experimento confirmaron esta teoría.
Sorpresas
Ésta
no es la primera vez que las fosas marinas profundas
sorprenden a los científicos.
Estudios
recientes del laboratorio oceánico de la
Universidad de Aberdeen, en el Reino Unido,
revelaron que la vida marina es mucho más abundante
en estos hábitats hostiles de lo que se creía.
En 2008
filmaron al pez que vive en la zona más profunda,
en la fosa de Japón, de 7,7 km de profundidad, y a
otros animales que habitan zonas aún más profundas.
El próximo
paso del equipo de Dinamarca será cuantificar los
resultados y determinar exactamente cuánto carbono
se acumula en las fosas marinas profundas, en
comparación con otras regiones del entorno marino y
cuánto carbono procesan las bacterias.