LUIS MUÑOZ RIVERA BARRANQUITAS (1859-1916) Político de ideas liberales, periodista y poeta.
Parentesis Tras diez años de luchas incesantes quiero vagar, como ántes, junto a la margen del humilde río que tantas veces ofreció a mis penas la paz de sus arenas y la quietud de su ribazo umbrío. Corren aquí, cual líquidos cristales, otras linfas iguales a las que vi correr hora por hora; en su murmullo lánguido y doliente, el espíritu siente toda una juventud que pasa y llora. Yergue sus ramas el laurel añejo que en el móvil espejo de las aguas refleja su verdura y los catus de flores amarillas ocultan las orillas a modo de silvestre colgadura. De las cercanas frondas en un hueco se esconde el tronco seco en que, al rumor de la corriente le daban impulso a mi ambición temprana las odas de Quintana y los nervios cantos de Espronceda. Nada se altera en el rincón querido; hasta el leve ruido que mis ensueños arrulló, persiste: es el mismo paisaje; no varía; lo encuentro como el día en que le dije adiós convulso y triste. En cambio, de mi propio,¿qué me resta? Al subir la agria cuesta rodó de mis quimeras el bagaje, y aunque huello con impetu el camino. errante beduino, tardo en llegar al término del viaje.Arriba, lo ideal" foco de lumbreque irradia en la alta cumbre sobre los mundos su calor eterno; abajo, lo real" nébula oscura que tiene la negrura de la noche y los fríos del invierno. Y en el pendiente yo; fuerza que avanza; voluntad que se lanza; alma que busca la verdad perdida y se sumerge en la penumbra a densa para sentir la intensa vibración del esfuerzo y de la vida. ¿Anónde voy? Que el porvenir responda. La sima es negra y honda; pero es la abrupta cima ingente y clara. Soy de los que en la liza perseveran, y sin temblar esperan la gloria o el peligro cara a cara.
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Nunca en el lodo de pasiones malas mis inspiración sus alas quiso plegar; en la batalla ruda un triple emouje a confortarme viene: mi aliento me sostiene; mi fe me salva; mi intención me escuda. Entre tanto aquí están mi soto umbrío; la margen de mi río; el tronco entre la fronda abandonado; el laurel verdinegro y la corriente que surgen de repente como imágenes vivas del pasado. Cuando ansío la calma y el reposo y al azar, silencioso en esta muda soledad me pierdo sin que el bullicio mundanal me estorbe !cómo mi ser absorbe el balsámico aroma del recuerdo! Mis creencias, mis dudas, mis amores; las no olvidadas flores que fuí dejando en pos, lacias y mustias; las tumultuosas esperanzas mías; mis locas alegrías y el inmenso caudal de mis angustias; algo que dura en mi; caduca historia que puebla la memoria y evoco a veces, si en tristeza vivo, para que agite mi organismo inquieto con su influjo secreto a manera de suave reactivo. !Adiós, orilla, plácida y amena en cuya paz serena respiro de aotro amabiente la frescura! !Adiós remanso que en tu fondo guardas las visiones gallardas de mi primera eada dichos y pura! Vuelo a buscar más anchos horizontes: la cuenca de tus montes me oprime como un cerco de granito; vuelo a encontrar más amplias perspectivas tus ondas fugitivas no sacian ya mi sed de lo infinito. La vejez llega ; la existencia es corta. Sin mi destino aborta y torno a demandar calma y olvido ¿reservarás en tus riberas pías el sitio que solías a la altivez estoica del vencido? No caeré; mas si caigo, entre el estuendo rodaré bendiciendo la causa en que fundí mi vida entera; vuelta siempre la faz a mi pasado y, como buen soldado, envuenlto eb un jirón de mi bandera. |